Relectura desprejuiciada y atenta de la dramaturgia cubana de la República desde el teatro Alhambra hasta 1959. Estudia no sólo los dramaturgos más importantes –José Antonio Ramos, Virgilio Piñera y Carlos Felipe– sino los menos conocidos: Díaz Parrado, Luis A. Baralt y Salinas, entre otros, así como los períodos del Alhambra, con Federico Villoch a la cabeza, el auge de la escena lírica, la influencia de la radio y el «teatro perdido de los cincuenta», en el que comienzan Triana, Estorino, Manet, Arrufat, Vieta, Parrado, Ferrer y Borges. Algunos serán muy reconocidos después y otros abandonan la escena, cansados de arar en el mar.